El cineasta chileno Miguel Littín participa en Talleres de Cine Comunitario y proyecta una de sus películas en la Asamblea Nacional
Qué emoción vivir este cambio de nuestra Sudamérica. En el tiempo neoliberal nuestro país le entregó a Pinochet una condecoración militar, en cambio ahora es un honor recibir y saludar en la Asamblea a Miguel Ernesto Littín Cucumides, cineasta chileno, latinoamericano y universal, perseguido y exiliado por esa dictadura sangrienta. Ese fue el pasado. En cambio, ahora, el continente repara injusticias históricas y Ecuador también.
Y qué placer poder recibir al maestro en la Casa de la Democracia, en nuestra Asamblea Nacional, y proyectar una de sus películas en el auditorio José Mejía Lequerica, el largometraje “Allende en su Laberinto”, que propone un acercamiento estremecedor a las últimas horas del presidente socialista, en el Palacio de la Moneda en Chile.
Littín es chileno y latinoamericano, con orígenes palestino y griego, y por eso la voz del ser humano universal se expresa en su vida y en su arte. En lo humilde, en lo humano, en el rostro de la mujer, del niño, del conflicto humano y político de los más distantes lugares del mundo, el dolor de la injusticia y la esperanza por un mundo mejor se entrelazan y nos dicen que a pesar de cualquier derrota, la utopía continúa.
En sus películas se expresa una muestra profunda de nuestra identidad latinoamericana, de las luchas compartidas por nuestros pueblos, de la resistencia y la solidaridad con que hemos afrontado los momentos de represión más terribles, sin abandonar ni siquiera en esos momentos tan oscuros el amor por nuestra tierra. Y Littín nunca abandonó ni el trabajo creativo, ni la osadía, ni el amor por Chile, y eso lo llevó incluso a entrar clandestinamente a su país durante la dictadura, por esa necesidad de registrar en sus películas la voz de su pueblo reprimido.
El Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez escribió un libro llamado “Miguel Littín clandestino en Chile” relatando esta aventura maravillosa, y el Ministerio del Interior de Chile reconoció haber quemado en esa época 15.000 copias de su primera edición, tratando de acallar la voz de Miguel Littín y la de García Márquez, algo imposible de hacer porque son las voces de sus pueblos, expresadas en sus obras.
Miguel Littín es un creador imparable que ha dirigido 12 películas, ha hecho los guiones para otras 10 y ha participado en más de 8 películas más, en diferentes espacios, incluso como intérprete. Y siempre la vivencia de los oprimidos de cualquier parte del mundo palpita en sus creaciones fílmicas, desde Palestina hasta los Andes.
Sus películas son ganadoras en concursos como Cannes, Premios Ariel, Premios Colón, muchos festivales más, pero su compromiso político y militante no tiene límite y por eso aceptó el cargo de Alcalde de Palmilla, para el que fue reelecto por el cariño de su pueblo.
Siempre generoso, se dedica también a la pedagogía, siendo Director Académico en la Escuela de Cine de Chile y tenemos ahora la dicha de que comparta su experiencia, aquí en el Ecuador, con nuestros jóvenes cineastas comunitarios.